Mi hombre, y su suave melodía... Me
encanta. Contorneo mi cuerpo al compás de la música.
Sin derecho a pataleo, dejo que me
observen por unas míseras monedas, y siempre termino enroscada.
Un día de estos me rebelo y no salgo del canasto.
Un día de estos me rebelo y no salgo del canasto.
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1 comentario:
Qué ocurrente mi amiga!!!Lo de seductora te va...lo de sumisa...hmmm
jajaja
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