A veces hablo con Dios, y sé que Dios me escucha y me contesta; porque cierro los ojos y siento en mi piel la brisa, la lluvia, el frío, o la tibieza del sol.
A veces le cuento a Dios cuán agradecida estoy por las cosas que tengo y las que he logrado.
A veces le reprocho a Dios, porque me pone a prueba, porque no siento su presencia cada vez que necesito.
A veces me enojo, y Dios también se enoja conmigo, porque le pido ayuda y luego me olvido de sus consejos. Me cuesta admitir que tiene razón.
A veces Dios y yo nos distanciamos, pero por muy poco tiempo; porque al fin y al cabo, somos muy buenas amigas.
2 comentarios:
SUPER FINAL!!!!!!!!!!!!!Sutilísimo...
Hola Pat cómo estás? me gustó mucho el post, concreto y con las palabras justas con el contenido preciso, perfecto! Un abrazo y cariños a Osvaldo y a Juana
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