
y las horas transcurren y al mundo no le importa;
la esperanza apenas se siente en la lejanía
y no hay palabras que logren despejar tantas sombras…
Te dormiste despacio, como fueron tus pasos,
te dormiste sereno como fue tu mirada
te marchaste sin culpas como fue tu existencia
tu mensaje de amor se me estampó en el alma
y se quedó a vivir, donde ha sido su casa.
Y la sigue habitando cual si fuera su dueño.
Las fronteras no existen, la esperanza regresa.
Las sombras se hacen débiles con el tiempo que pasa
Renacen nuevamente los recuerdos y sueños
y satisfecho el espejo una sonrisa refleja.
2 comentarios:
muy buena poesía, realmente contagia los sentires y pesares que esconde.
Besos
Gracias Sandro. Algunos sentires no saben de distancias ni tiempos. Sólo hay que esperar a entenderlo. Gracias por comentar mi poesía.
Besos, Pat
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