De todo, como en botica. En prosa o en verso, con rima o sin rima. Experiencias, sentimientos. Propios o ajenos, no importa. Es la palabra sencilla y fuerte con que me me gusta expresarme. La palabra que es un poco mía, un poco como soy.

La culpa

La ignoran, la rechazan. Nadie la quiere en esta vida. Tal vez - piensa- si dejara de atormentar a las personas y le diera paso al arrepentimiento, podría reencarnarse en alegría.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se nota que es una persona que no conoce nada de la vida ni del ser humano,a pesar de las penurias nada ha aprendido.

Patricia Gandaria dijo...

Gracias por el comentario. Es la interpretación correcta de lo que intenté escribir. Si la culpa tuviera forma de persona, ya debía haber aprendido que el arrepentimiento la podría transformar en alegría. Saludos.